¡Así estamos! Animados por la siiimple idea de sacarnos de encima un año donde ha quedado deslucido hasta lo único bueno que me ha acontecido: mi 30 cumpleaños. De 2013 ya bieeen pocas cosas puedo esperar...y si son malas aún menos, más para 4 cochinos días que le quedan podría irse tranquilamente sin dejar ninguna otra "perla".

Necesito ante mi un lienzo en blanco donde empezar a dibujar de nuevo nuestra vida, pues el actual cada vez tenía menos espacio para nuevos trazos, y sieeempre afeados por los fallidos vecinos.

No necesito en mi cocina, despacho o mesilla de noche un calendario que me diga "2014 será un gran año", ¡para nada! De por sí no lo será si nosotros no ponemos de nuestra parte, las cosas buenas, por desgracia, no nos caen del cielo, hay que trabajárselas.

 

Me siento mejor, quizá sea el efecto psicológico, las tropocientas vitaminas que me tomo, la buena dieta que sigo, ¡da igual! Lo que cuenta es irse recuperando a pasos agigantados pues tooodo lo que tenga que suceder después dependerá que yo esté en plena forma y motivada, y una cosa va con la otra. Y mi puntal, mi marido, responde ante mi estado, con lo cual si no estoy bien el se verá arrastrado por ese nubarrón negro que lleva unos cuantos meses yendo y viniendo postrándose en mi cabeza; vamos una señora ciclogènesis, la versión bolsillo de la que han tenido estos días en el norte de Europa.

 

Creo en el proyecto que empezamos hace poco más de un año y no soy de las que tira la toalla así como así fácilmente. ¡Tengo entre ceja y ceja lograr ser padres y a eso vamos! Nadie me ha regalado nada en esta vida, incluso aquellas cosas que lo parecían hemos tenido que currárnoslas antes. Somos afortunados, eso sí, por tener unas familias que nos apoyan en todo momento y se preocupan un montón por nosotros, cosa que no todo el mundo puede decir. No estaremos solos en esta contienda, aunque la batalla principal la debemos librar en las consultas médicas nosotros dos.