Toca mirar atrás, los hay peores

10:29

Hoy en día acabas sabiendo más de la vida de la gente de tu entorno por sus posts en las redes sociales que por haber hablado con  ellos; quizá por eso, porque hacía ya semanas que no publicaba nada en Instagram y me chocó un comentario escueto en Facebook donde hablaba de falta de salud, ayer escribí a una conocida que hace aún no dos meses tuvo su primer hijo y de quién lo último que sabía era que el niño no paraba de llorar desconsoladamente -supuestos cólicos- y no había forma que le ganara peso.
Me quedé de piedra, y aún sigo sin entender cómo puede ser la vida taaan extremadamente injusta, cuando respondió diciéndome que le habían diagnosticado a su bebé fibrosis quística.
Por lo visto, tanto ella como su marido son portadores del gen para esta enfermedad, sin ser conocedores hasta ahora, y con el peque se ha dado la fatalidad de manifestarse. No hay cura, solamente tratamientos paliativos y rogar que la ciencia en unos años avance lo suficiente para darle una esperanza de vida más allá de los 37 años de promedio que estipulan muuuchos estudios.
Sí, me faltaron manos para buscar por internet acerca de esta enfermedad, no por morbosidad sino por mi desconicimiento al respecto. Lo que encontré no me gustó nada de nada, pero menos le debería gustar a esta chica cuando, muy probablemente, hizo lo mismo que yo ayer.
Creo que me pinchan y no me sacan sangre, ¿cómo pueden pasar estas cosas a criaturitas taaan pequeñas e indefensas sin maldad alguna? Hay muuucho hijo de su madre suelto que merece lo que menos un infarto fulminante (ahora llamarme mala si queréis pero es lo que siento...).
Cuando supe que esta chica se quedó embarazad, que todo iba bien y tal, me alegré muchísimo por ella, pues sabiendo como es no le desearía para naaada del mundo nuestra trayectoria, pero me invadió una cierta pena hacia mi, de pensar que la suerte me rehuía y que los malos momentos estaban reservados a mi familia, para mi. Tenía envidia sana de ver como disfrutaba de su tan deseado embarazo, como se la veía más feliz que nuuunca; para ella ya se acabó, reirá, llorará, tendrá días mejores y peores, en ningún momento dejará de luchar por su hijo, pero ya ha visto la cara más oscura de esta vida y no será la misma, el miedo ha entrado en ella para nunca más marcharse, no aquel que debe tener toda madre que quiere a sus hijos sino aquel que tienen aquellas madres cuyos hijos no tendrán una vida como la que ellas ansiaban de corazón, el miedo a perderlos sabiendo que hay motivos para ello.
Hoy me he levantado dando gracias por no tener mayores problemas, pensando que puedo hallar alguna solución para nuestra situación y, sobretodo, sintiéndome una privilegiada por tener eso que tan pocas veces valoramos llamado salud.
Ojalá pudiera cambiar tooodos mis ruegos hechos ante la Virgen de Núria por este pequeñín, aunque a mi manera ya lo haya pedido, ¿de qué me quejo? ¿Cómo puedo llegar a ser tan egoísta y no ver que hay problemas muuucho mayores? ¡Claro que me gustaría tener hijos! Pero es cierto que su falta no quita que tenga muuuchas otras cosas buenas por otros lados.

You Might Also Like

2 comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo sé wapi, nosotras podemos hacer un "combo" destructivo si nuestra "suerte" sigue así de rompedora, pero te sabe taaan mal que una criaturita nazca con una posible "fecha de caducidad" más temprana que cualquiera... Y que por supuesto me puedo ir antes yo, que nadie sabemos cuando nos tocará hacer el atillo de este mundo, pero ha de ser taaan duro... U.U

      Eliminar

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Follow