Esta entrada llevaba tiempo cociéndose, ahora es el momento que vea la luz.

Si hiciéramos un símil con la infertilidad, ésta sería un viaje que empieza con mal pie y de momento nos tiene en pleno vuelo en medio de turbulencias.

Al principio, mientras esperas a embarcar, ves gente conocida a tu alrededor y supones que están ahí para tomar el mismo avión, que volarán contigo, pero una vez arriba tomas consciencia que muchos se quedaron en tierra, siendo meros espectadores, y que tus compañeros, aquellos que entenderán los motivos de tu sufrimiento en este viaje, porque cogieron el mismo avión y viven la mala experiencia contigo, son otros, algunos que nunca hubieras conocido de otra forma y que han entrado a formar parte de tu vida sin haberte dado cuenta.

A ratos te animan ellos, a ratos tú. No es el vuelo en modo "crucero" que todos esperábamos, pero ya estamos en él, y no hay forma de bajarse más que cuando aterricemos.
Entre sacudidas les vas conociendo, a ellos, a sus historias, te das cuenta que no eres ni la rara ni la loca que teme esa situación, ¡todos están más o menos igual!
Somos humanos, por consiguiente imperfectos, y además en una situación que saca lo peor y lo mejor de cada uno, ¡es normal que haya roces, broncas y mal humor! Pero no nos olvidemos que estamos en el mismo vuelo, en el mismo avión, y los que quedaron en tierra nunca serán capaces de entender lo que pasamos cuando lleguemos a destino, así que no nos dividamos, ¡que sea un fremte común!

Soy más bien asocial, vivo enfadada con el mundo, y él a su vez conmigo, pero en la fila que me han adjudicado me han tocado unas compañeras muuuy especiales que han logrado lo impensable en mi: que me abriera al mundo e intentara sonreir aunque las ganas de llorar puedan conmigo. Me han hecho sentir que los "perro verde" no somos taaan infrecuente, habemos muchos así, simplemente la vergüenza que sentimos por nuestra condición nos ocupa intentando mimetizarnos con los "normales", pero nuuunca más seremos como ellos, y ahora, ¡tampoco lo quisiera!

Y es que hay muchas caras en este avión que me son familiares, de las que sé un poco de su historia, y ellas de la mía, pero como suele pasar, acabas hablando más con quienes están más cerca y empieza una vínculo, te importan, te alegras de sus logros como si un logro tuyo fuera, ya han entrado en tu vida, y espero que para no salir.
En mi fila de 4 Bedabita, Hanasol y Mamaingeria sieeempre encuentran un momento para levantarme la moral cuando chillo a los cuatro vientos "¡¡¡Nos vamos a mataaar!!!" , y no será porque en ese instante no merezca más bien un guantazo... Una es como un alma gemela, que seguramente como matrimonio nuuunca funcionaría pero sí como amistad, otra va de la mano conmigo, mismo camino, mismo problema, y es la voz sabia que te orienta cuando vas perdida, transmite calma, serenidad, ¡qué falta hacen sus comentarios! Y la tercera, no por eso menos importante, es McGyver de los blogs, que tanto te da buenos consejos de salud como te descubre tratamientos o te habla de técnicas novedosas.

Por ellas, por todas, porque no estamos solas, delante hubo y detrás habrá más que emprendan este viaje accidental, espero que cada una de las buenas palabras y sentimientos que han tenido conmigo la vida se lo devuelva con el regalo más valioso que nos puede dar: un hijo.