Tercer asalto: éste no es nuestro año (parte II)

11:07

25/11/13:
Urgencias...¡¡¡ya os echaba de menos!!! Hay que decir que en este embarazo no las había pisado...así que era un clásico a no perder, aunque fuera en la fase de aborto.
Llevaba más de 3 días con dolores que no cesaban, las hemorragias que, aparentemente, habían remitido se intensificaron y me sentía agotada físicamente.
Me exploraron, nada que hiciera pensar lo que acontecería al día siguiente; el dolor era normal porque el proceso era lento, aún había un grosor considerable, la salida de coágulos de sangre parece ser que irrita bastante, y lo único que se podía hacer era la pauta analgésica.
Para casita con mis dolores, y esa misma noche no acostándome hasta las dos de la madrugada a la espera que cesara una hemorragia muy fuerte...me daba miedo tener susto alguno mientras durmiera. Se supone que el medicamento tenía que provocar un sangrado importante, no es que fuera masoca, pero me dieron a entender que era lo normal...así que esperé.
 
26/11/13:
Si iba mal...aún podía empeorar; hasta el punto de llamar a mi madre, pues mi marido trabajaba ese día hasta tarde, y que me viniera a buscar al trabajo.
Me sentía de tal forma que no sabía exactamente qué pasaba pero tenía claro que algo iba mal porque el malestar que tenía era muy raro, nunca me había encontrado tan mal.
Me acompañó a casa y con un momento que casi me vi llamando al 061 tuve más que suficiente para entender que tocaba volver a urgencias.
Estaba más palida de lo que ya soy, helada cual muerto, con los filos de los labios azules, y con el corazón taquicárdico perdido.
Es curioso como cuando hube puesto los pies en la Maternidad, aún estando muuuy fastidiada, sentí una paz que me llevó a pensar "ahora ya que sea lo que tenga que ser...".
Sintetizaré porque esta parte puede ser eterna:
- Con cada contracción que tenía, y el dolor que me provocaba de gran intensidad, el corazón llegaba a 140 pulsaciones (en resposo son la mitad o menos)
- Exploraron por dentro y, tras introducir el espéculo, lo que salió de sangre y coágulos fué lo suficientemente espectacular como para asustar a los propios médicos y convencerles, si es que les quedaban dudas, que la cosa no era un ataque hipocondríaco o exageración mía.
- De la cantidad de sangre perdida bajo la tensión a 4 y medio casi desmayándome...
- Me limpiaron por dentro a lo vivo con unas gasas...cosa bastante molesta, no os voy a engañar, pero en estos momentos creo que ya no tienes ni ganas de quejarte.
 
Quedé ingresada, me mandaban a legrado, MI tercer legrado en 10 meses, tenía que esperar a cumplir 8 hores como poco en ayunas... ¡Todo lo pasado para evitar otro paso por el quirófano para nada!
 Pero una segunda revisión antes del legrado, y en la habitación donde me habían dejado con mi madre, me miraron ecográficamente y se dieron cuenta que no quedaba demasiado y se podía intentar expulsar, controlado por ellos, por métodos propios. Ya no tenía dolor, al salir todo lo que llevaba dentro sentí un alivio immediato...así que si tenía que esperar para sacar lo que fuera lo haría.
 
A las 22h aún no había hecho limpio, tenía que elegir si irme para casa y que fuera cursando o pasar ya por quirófano. Pero e aquí que me contaron que procurarían que fuera un legrado light, porqué no era tan inocuo como lo pintan y se han llegado a describir síndromes con adherencias por esto (S. Asherman). Imaginaros cómo me quedó la cara de descompuesta...¿en qué quedamos? Cada cual, de los médicos visitados me había vendido sus teorías, ¿a quién debía de hacer caso?
Hablando mi padre, que es médico, con los doctores de guardia y viéndonos un panorama de sufrimiento en casa durante una noche entera a la expectativa de otro sangrado importante, nos dejaron quedar esa noche, a condición que si no se producía cambio alguno en el decurso de la misma sí o sí teníamos que tomar una decisión.
 
27/11/13:
Analítica a primera hora de la mañana, mi hematocrito había bajado un poco más de lo que ya lo había hecho el día anterior, y ya estaba a 25. Un valor, para aquellos que lo desconozcan, que ya empieza a ser preocupante -anemia fuerte- y que puede llegar a requerir de transfusión dependiendo del perfil del paciente.
En mi caso marcó el prequirúrgico, pues no se me iba a llevar a quirófano hasta que llegaran reservas de mi grupo sanguíneo del Banco de sangre y tejidos. Tenían que estar preparados para eventuales contratiempos, cosa que veo la maaar de lógica.
Hubo llegado mi "salvavidas" que nos fuímos derechitos para el quirófano; ya no recordaba el mal yuyu que me da estar ahí, haciendo tiempo, hasta que te meten el chute para sedarte profundamente.
Tooodos los médicos que iban entrando me decían lo mismo: "cálmate mujer, que estás muy nerviosa" (a estas alturas ya no, las taquicardias son fruto de tener menos sangre que el pescado) o "¡uy, estás muy blanca!" (es mi color de base...pero realmente podía estarlo más, ya lo he comprobado).
Tal era mi situación que, con confianza y quizá por ser el ramo, me comentaron que cabía la posibilidad, con un % bastante elevado, que me transfundieran; supongo que para tenerlo yo presente. ¡Me daaaba igual! No tengo manías como mucha gente con la que he hablado. Gracias que hay personas que con su gesto de dar sangre nos pueden ayudar cuando estamos fastidiados, y antes era otra cosa -pues había menos controles sobre enfermedades muuuy graves- pero actualmente existen controles muuuy estrictos al respecto.


Y salí de quirófano, no sin antes mi chute de morfina pues sentia muuucho dolor, con la tranquilidad que me dieron los médicos que todo había ido bien, que solamente cabía esperar que me fuera recuperando poco a poco de la sedación y comprobaran que toleraba la ingesta de líquidos y sólidos y orinaba por mi misma.
A las 18h salía de la Maternidad, débil como nunca pero pudiendo pasar página físicamente del que ha sido nuestro tercer aborto en menos de un año -no por negligencia nuestra sinó porqué algo se les ha escapado todo este tiempo.
4 días de clausura absoluta, porque no podía con mi alma, y ahora unos cuantos meses por delante para recargar todo lo perdido a base de complejos, dieta y todo lo que esté en mis manos.

Eso sí, las visitas médicas no han tocado a su fin, teníamos dos pendientes en el momento de salir (una de ellas justo al cabo de una semana) y las que vamos a necesitar para encaminar el problema, ahora ya conocido y del que os hablaré en breve.

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