Y es que Samanta Villar, en su programa "21 días", ya lo decía:

"Porque no es lo mismo contarlo que vivirlo"

 

Así que tras 2 años y medio, camino de 3, es justo ahora cuando algunas personas empiezan a entender, ¡de verdad!, nuestro problema y por todo lo que hemos pasado, pasamos y pasaremos si queremos intentar lograr ser padres. ¿Por qué? Porque están comenzando a vivir en sus propias carnes los efectos de la infertilidad o la esterilidad, según el caso.
No llevan ni un tercio de nuestro camino recorrido, no les han hecho la mitad de barrabasadas que a nosotros (a mi) pero se les han abierto los ojos de golpe y sus caras dicen algo así como "pues esto es más duro de lo que nos pensábamos...". Ni que lo nuestro hubiese sido cuento, ¡vamos!

 

Se supone que, si fuera buena persona, no debería querer que nadie pasara por algo así, pero no debo serlo... De hecho, no lo deseo para CASI nadie (sí, tengo una lista negra en mi haber con tod@s aquell@s HDP que pudiendo ser padres los matan, maltratan, etc) pero ver que empiezan a sentir un mínimo de empatía, que alcanzan a hacerse una idea de lo que llevamos a nuestras espaldas y se dan cuenta que no había ápice de exageración, más bien todo lo contrario, me satisface hasta tal punto que les soltaría eso taaan repelente de "os lo dije..."

 

Se acabaron ciertos comentarios desafortunados sobre cómo deberíamos obrar, están viendo que no son capaces de aplicarse todos y cada uno de los consejos "de estar por casa" que nos daban a modo de aleccionamiento; AHORA les toca a ellos pasar una prueba (o intentarlo) para la que no se nos ha preparado, ¿o a caso recordáis alguna lección  que hablara sobre los fallos de la misma cuando se trataba la reproducción humana en el cole? Yo, no...

 

¿Lo más surrealista? Que, con mi propio panorama aún por resolver, me he convertido en algo parecido a un sucedáneo de Elena Francis, versión infértil, y mi whatsapp echa humo con mi (archifamosa ya) amiga con OP, a quién, por cierto, salió el TE del Viernes negativo.
Mr. Costillo no me da un guantazo por burra porque yo le devolvería cuatro más y lo "remataría" con una llave de judo, pero tiene razón cuando dice indignado "¿¡tú tienes que ir animándola y escuchándola!? Y ella, ¿dónde ha estado todo este tiempo?..."

 

Pero ya lo dice el refranero: el que nace lechón morirá tocino...